When I Meet Her

When I Meet Her

La mayoría de las historias de amor son maravillosos relatos de romance y casualidades extrañas, algo parecido me pasó una tarde de verano, en un lugar tan cálido y húmedo que no puede diferenciarse la humedad natural con la densidad del vapor que despide el cuerpo humano, tal vez estoy exagerando al explicar tal fenómeno característico del clima tropical, pero lo cierto es que las personas no pueden estar ni por cinco minutos con sudor en cualquier parte del cuerpo. 

Este peculiar momento realmente duró unos cuantos segundos, 34 para ser exactos, donde dos miradas se encontraron tan cerca que a leguas se podía respirar la tensión y la obviedad de tal evento. Yo vestía una camisa manga larga a rayas color café, cuyas mangas dobladas por el agobiante calor del exterior, no dejaba a nadie exento de los fluidos corporales que a la orden de 35 grados centígrados, recorrían desde mi rostro, pasando por mi cuello y mi torso, sin duda una experiencia que solo los que habitan en climas cálidos han vivido. 

Ella, una señorita que no podría describir exactamente en ese momento tan corto y eterno a la ves, solo podría describir con exactitud sus ojos azules, llenos de vida e inocencia, perdida en un mundo que no conocía en ese momento, hasta que cambiaron de dirección y con ella la intensión, pasaron de un par de ojos distraídos a unos llenos de sorpresa, de pronto se dilataron como si hubieran visto algo raro, podría atreverme a decir interesante, pero no me considero tan interesante como para dejar callado y sin palabras a alguien, todo esto sucedió en los primero 10 segundos donde olvide completamente para que iba al puesto de dulces de la universidad.

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